martes, 1 de mayo de 2007

Los Amantes


Los Amantes
(Lo que necesito)



I


Hay tantas cosas que yo necesito o que creo necesitar. Un auto. Una casa para mi sola. Más plata, más ropa, más de comer, más de tomar, más para fumar. Necesito cariño. No, amor no necesito, cariño nada más, una mínima cantidad de respeto y reconocimiento. Así que no me preguntes que es lo que necesito. Necesito tantas cosas que si empiezo a hacer la lista voy a enumerar durante días y me voy a quedar sin voz. Y vos te vas a cansar de escuchar todo lo que yo necesito. Pero si queres te doy una respuesta cortita. En este preciso segundo, lo que necesito es que te calles. Sí, ya se que no hay aire que emana de tu boca, pero eso no quiere decir que no estes hablando. Me hablas sin hablarme. Y eso me está enloqueciendo de a poco, sistemáticamente. A veces juraría que puedo escuchar lo que pensas. Sí tan solo fueran cosas que me gustaría oír estaría todo más que bien. Pero lamentablemente parece que mi antena solo capta determinadas cosas que sería mejor que no supiera. Sé que estás pensando en ella. No pienses más. Pone la mente en blanco. ¿Cómo que no podes? ¡Hace el intento! ¿No ves que me estás lastimando? Claro que hay momentos en que bajas la barrera de hierro y la antena no me sirve para nada. ¿Será en esos momentos que pensas en mi? Dejá, no quiero saber, no me contestes. Tu apatía me está matando. ¿cómo puede ser que una persona tan inteligente para algunas cosas sea tan pero tan estúpida para otras? ¿No te das cuenta que me lastimas? Lo único que necesito de vos en este momento es que dejes de pensar. Que te dejes llevar de nuevo por esa osadía que te jactas de haber tenido cuando eras más joven, por esos instintos que según me dijiste te costaron tanto reprimir, y que me des una respuesta clara. Eso es lo que necesito.




II


¿Qué necesitas? Dejá, no te tendría que haber preguntado nada. No te puedo dar cariño, me cuesta. La única vez que di cariño me dieron patadas. Hay veces que se me escapa algun mimo o alguna caricia, pero te tengo miedo. Vos ves mis dos lados. En este poco tiempo me llegaste a conocer como nadie. Yo a vos no te puedo mentir. ¿Sabés como asusta eso? A veces me da la impresión de que podes leerme los pensamientos. ¿Cómo queres que me calle si no estoy hablando? Tenía razón, vos me lees los pensamientos. No puedo poner la mente en blanco, eso es imposible. Bueno, trato. No, no puedo, se me viene ella a la cabeza. Que diferente a ella que sos. ¿Será la edad? No, es otra cosa. Que suerte y que desgracia. A veces me gustaría que fueras más como ella. Pero aprendí de mi error. Sí fueras más como ella probablemente yo ya estaría enamorado de vos. Pero como serías como ella me patearías y me destrozarias el corazón. Mejor así, largo, lento, y seguro. De vos me podría enamorar. Pero necesito un poco más de tiempo. Me estás agobiando con tus preguntas. ¿Yo soy apático? Nunca me di cuenta. ¿Sabes algo? Fuiste la primera persona que me dijo que yo tenía doble personalidad. No se si nadie nunca se fijo bien, o no se animaban a decirme. Pero por eso mismo te digo que vos sos la única que ve mis dos lados. Sos la que me hizo darme cuenta que tenía dos lados. Me asustas. Y me excitas también. Me excitan tus caricias. ¿Tengo una barrera de hierro? Nunca me di cuenta. ¿Ahora ves porque me asustas? Me lees como un libro. Tanto conocimiento sobre mi no puede ser bueno. No me reproches mi cobardía, ya te explique que yo antes era diferente. Pero hice muchas cosas mal que lastimaron a muchos y por eso ahora trato de contenerme. Trato de no ser tan instintivo, tan básico. No me pidas respuestas claras. Sí yo mismo ni se lo que quiero o necesito.

1 comentario:

Goodbye Kitsch dijo...

muy kamasútrico-tántrico-oriental.
me gustó.
cada vez mñas cerca de ser kitsch.